Dos pasiones, montaña y enología se funden en este singular proyecto de viticultura de altura, buscando la máxima expresión del territorio pirenaico.
A 1.225 mts de altura, Llivins desafía constantemente los límites de la viticultura, recuperando así un arte agrícola tradicional de La Cerdanya, llevando el olor de vendimia por primera vez a Llívia.
La Cerdanya presenta, gracias a la combinación de su orientación (Este-Oeste) y altura, una inmejorable insolación. En su vertiente Sur, aporta corrientes cálidas y secas, que contrastan con el riguroso clima de altura, asegurando unos importantes saltos térmicos que permiten una cualitativa maduración en la viña ecológica de Sauvignon Blanc.
Bien entrado el otoño, se espera el óptimo equilibrio entre la acidez, dulzura y aromas para hacer la vendimia manual, y seguir con el proceso de elaboración de los vinos en la misma bodega situado a pie de viña.
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