Fran Pérez, de Bodegas Luis Pérez, nos describe los nuevos Parcelarios de Tintilla que acaban de sacar al mercado.
Abundaba en las arenas costeras, debido a su baja resistencia a los suelos calcáreos, típicos del interior. Tradicionalmente se elaboraban vinos dulces mediante asoleo, que eran muy apreciados y consumidos en Inglaterra, llegando a utilizarse durante un extenso periodo de tiempo como vino de consagración en la iglesia.
Tras la llegada de la filoxera a Jerez en 1894 se produjo una importante reordenación del sistema vitícola en la zona, encabezada por una dramática pérdida de diversidad de clones e incluso variedades autóctonas que hasta entonces formaban un grupo de 43 entre tintas y blancas.
A partir de entonces Rota es, a penas, la única población que permaneció elaborando esta variedad hasta su casi desaparición en los años 1980s. Afortunadamente algunos elaboradores roteños permanecieron fuertes ante el avance de la construcción y consiguieron conservar apenas 2 Ha.
Fue entonces cuando la variedad, conocida como Tintilla, adquiere el apellido “de Rota” que hasta entonces sólo había sido utilizado para nombrar al vino elaborado en Rota, conocido como “el Tintilla de Rota”.
En 2011 Bodegas Luis Pérez nos pareció interesante elaborar un 100% Tintilla como vino tranquilo debido a la alta acidez y bajo tanino de esta variedad, que la hace perfecta para la elaboración de tintos en climas semi cálidos.
Tras casi una década de vinificación hemos querido dar un paso más y elaborar proyecto de vinos donde pudiéramos entender el terruño de distintos pagos y parcelas a través de esta variedad:
Comenzamos con el Pago de Balbaina, el más atlántico de los pagos jerezanos, en el viñedo de “El Calderín del Obispo”, con una mezcla de Toscas Cerradas y de Barajuelas. Es esta la que muestra un perfil más fluido y ligero gracias a su proximidad al mar.
Aquí las Margas Yesiferas dan concentración al vino y potencian su perfil floral. Es un viñedo más interior por lo que conseguimos más volumen y sedosidad en el paso por boca.
El más cálido de los pagos históricos jerezanos, y un suelo puro de Barajuelas, hacen de este vino, el que presente el mayor potencial de guarda. Sapidez, nariz especiada, y sobre todo, sensación salina y calcárea, muestran gran expresión de pureza en este tinto.
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