Mallorca, en un paisaje de suave relieve, donde domina la llanura, y protegida de los vientos del Septentrión por el importante macizo de Sierra Alfabia, aparece ésta Denominación de Origen, pequeña en extensión pero de muy interesantes características vitivinícolas y ya larga tradición.
Cinco municipios componen la zona de producción siendo Binissalem el de mayor realce. El viñedo, primorosamente cultivado, asienta sus raíces sobre suelos bien dotados de caliza, profundos, pedregosos, de texturas adecuadas, suelos pardos calizos, a veces con costra, de origen cuaternario continental.
Tales condiciones edáficas, junto con un clima benigno, mediterráneo, de veranos secos, y cálidos y suaves inviernos, con algo más de 500 mm de precipitaciones medias anuales y una elevada insolación, permiten el desarrollo y maduración equilibrada de los frutos de las variedades autóctonas Manto Negro y Callet (tintas) y Moll (blanca), base de la viticultura tradicional y de su personalidad y estilo.
Entre los vinos de la zona son los tintos de Manto Negro los que más fama han alcanzado, vinos jugosos y elegantes, que presentan condiciones para la crianza en roble. No obstante, los rosados y blancos, elaborados con tecnología moderna, justifican merecimientos suficientes como para sorprender gratamente a los buenos aficionados a los vinos de calidad.
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